miércoles, 8 de abril de 2009

Sin rastro de chopitos en el Circo de Gredos...


"Se los habrán comido las cabras..."
Esta frase es atribuída a Almanzor, que se llamaba realmente Abu Amir Muhammad ibn Abi Amir al-Mansur; porque lo de Almanzor era un nómbre artístico.
Un artista, sí señor, que nació en Torrox, en el año 938-y la diñó en Medinaceli, cuando corría que se las pelaba el 1002. Fue por lo visto Zapatero el que le nombró Hayib de Córdoba (978-1002) por aquello de la alianza de civilizaciones...
Y toma alianza, porque el payo era descendiente de una familia árabe del Yemen establecida en la región de Algeciras desde la conquista musulmana de la península Ibérica, estudió en Córdoba, y hasta que Chaves dejó de estar en la Junta ocupó importantes cargos administrativos, como los de director de la Ceca (967) con caballo oficial y todo y vuelos free en air nostrum, para poder ir de allí pa la Meca, que es lo propio...
En el 976, la prematura muerte de al-Hakam II situó al frente del califato de Córdoba a Hisam II, un niño de tan sólo once años, circunstancia que aprovechó Almanzor para terminar la ración chopitos que se estaba apretando en Cadíz y como todo hombre satisfecho, eructó y se fue para Córdoba para hacerse con las riendas del poder y ser tutor del joven califa, con la ayuda de la madre de éste, Subh, una cautiva vascona que probablemente era su amante... ahí vá la ostia pues! Convirtió al crío en una marioneta política y en plan Rubalcaba se quitó de enmedio a personajes que suponemos tan influyentes como al-Mushafí y Galib.
Ya pelín endiosado, y haíto de chopitos y gintonics, un buen día Almanzor se hizo nombrar hayib, una especie de primer ministro,con lo que se hizo el mandamás de todo el territorio hispanomusulmán.
Su primera decisión fue expulsar del ejército califal a la mayor parte de los mercenarios eslavos –los cuales, con el paso del tiempo, habían llegado a constituir una verdadera casta de privilegiados en la corte cordobesa– y sustituirlos por unos 20.000 beréberes, reclutados por él mismo en el norte de África, medida que le proporcionó una enorme popularidad. Su segunda decisión fue pedir unos chopitos y echarse una siesta.
Por lo visto al levantarse salió a por tabaco y dicen que como no encontraba por allí cerca se subió hasta la cima de un monte y desde entonces lleva su nombre... Pico Almanzor (2593 metros).
Saludos chopiteros!

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