viernes, 7 de marzo de 2008

Nada por aquí, nada por allá... hop!

El suelo del bar estaba lleno de cabezas de gambas, pero yo que llevaba una idea fija en la cabeza grité: Una de chopitos! Y tras escuchar el dulce el chisporroteo de la freidora... un plato lleno del preciado manjar se posó ante mi.
El camarero me indicó que iban a cerrar la cocina, que llegaba por los pelos...

Yo los miré y ellos me miraron (- porque no se si sabeís que los chopitos se comunican visulamente con su comensal, sabiendo que han a cumplidor su misión en la vida-) Fue un flechazo instantáneo...

Y allí que me puse, venga chopitos, venga cañitas, hale, dale, traga... que si una paradiña para echar un cigarrito y un poco de conversación, que si otro chopito... lo propio!

Pero al cabo de un tiempo, empecé a sentir una extraña desazón... los chopitos se acababán y la cocina estaba cerrada... No chopitos, no way...

El resultado fue esté.


Oh, manjar excitante y afrodisiaco!


Casi como si de Zerolo se tratara, sentí un orgasmo (no de los democráticos que dice le provoca ZP, sino de los otros), pero un orgásmo tántrico, de los que vuelven para dentro...

O quizá no fuera un orgasmo, sino un poco de empacho...

El camarero me miró con la cara desencajada por el desconcierto cuando le pregunté si tenía un Almax... Espetó "¿pero que se ha creido usted, que esto es una farmacia?".

No, no, disculpe... pero deberían de advertir en el cartel de raciones que el aceite con el que fríen este manjar es de camión (shell, repsol o lo que sea...)

Pero entonces recordé la frase de ese otro gran poeta de la vida que es mi amigo Toni y me dije "cuanta más grasa, mejor se pasa!" y mi cuerpo volvió en si... Otro doble de cerveza y una de chistorra...

Y es que, amigos, de algo hay que morir...

Saludos chopiteros!

2 comentarios:

Mónica dijo...

Que ricos, que buena pinta!
Desde que estuve en Cádiz que no he vuelto a comer...

Un besito y salud

Viernes dijo...

Hola Mónica, bienvenida al mundo del chopito!
Por allí, por tierras gaditanas, creo que les llaman "puntillitas", y siempre están más buenos que por estas tierras de secano, porque la brisita del mar les dá un toque increible!
Yo me volví chopitero desde que estuve en Cádiz... Conil, Barbate, Bolonia, Zahara etc... El mundo es allí más amable...
Espero verte más por aquí...
Mucha salud, es lo que hace falta, para vivir feliz en un mundo lleno de buen rollo y con raciones de chopitos, que no falten!
Otro beso para tí.